El Park Güell está abarrotado de turistas todo el día, pero la puesta de sol lo cambia todo. A medida que se reducen las multitudes, el parque revela su lado más tranquilo-sinuosos senderos se convierten en apacibles paseos por verdes jardines.
La luz del atardecer hace magia en las creaciones de Gaudí. Esos famosos bancos de mosaico y las caprichosas casas de pan de especias brillan suavemente contra el horizonte de Barcelona. ¿Las vistas panorámicas de las ciudades? Puro material de cuento de hadas. Es la diferencia entre luchar por el espacio fotográfico y experimentar el lugar. El tiempo lo supera todo.